smile (versión original)

Un martes Daniel escuchó hablar de la aprobación de una nueva ley en su país, convirtiéndolo así en el primero de Latinoamérica en lograr este cometido. Parece que todos los homosexuales uruguayos podrán adoptar niños que necesiten de una familia. Este chico de veinticuatro años se siente realmente muy feliz y conforme con lo que su gobierno ha planteado. Éste es un gran avance que se ha instalado en la sociedad uruguaya, tildada muchas veces por su propio pueblo de “conservadora”. Y es cierto. Daniel sigue sintiendo algunas malditas voces que lo dicen todo con desprecio, no son las voces de sus compañeros ni amigos, sino la sociedad que lo rodea.

La esperanza que nos queda es mirar hacia delante y creer que Uruguay y el mundo dejarán olvidados los tabúes más insoportables que se han instalado en la gente. ¿Por qué les cuesta aceptar que dos hombres o dos mujeres se amen? ¿Por qué no se dan cuenta que son personas con derechos que respiran del mismo aire que vos? ¿Por qué ahora están leyendo este texto? Sí, por alguna razón comenzaron a leer las primeras líneas, ahora no pueden venir ustedes a decirme que todo fue una puta casualidad, ¡por favor!

Bueno, ahora lo que también importa es lo siguiente: acepta a ese chico o chica que ama diferente a lo que esta sociedad se acostumbró a ver.

Y para mi amigo Daniel: El derecho de ser feliz es bien grande y tuyo. No sufras más. Viví la vida a tu manera, que nadie se cruce en tu camino y, sobre todas las cosas, ¡siempre sonríe!


Ya sabés, en cada beso una revolución.
Paz y amor.